miércoles, 15 de junio de 2011

Número 2 - Poema

Se me escapaba la mañana

entre los dedos fríos.

Como se deslizaba aquella

niebla arenosa,

entumeciéndome la piel

al desvanecerse en mis manos.

Aguardaba yo mientras al Sol,

tiritando los grises peldaños,

de una corta y breve escalera

hacia la monotonía.

Los soñolientos amargos,

envueltos en su sueño espeso

de momentos regurgitados,

aún en duermevela cabeceaban.

Los hombres y las sombras lanzábanse

al odioso asedio

que un silencio que nunca nació.

“LA NIEBLA TIENE SU PROPIA CANCIÓN”

10-MAY-2011 Kyosenmurasame

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