viernes, 20 de enero de 2012

Número 4 -Editorial

Quien algo quiere, algo le cuesta

¡Cómo pasa el tiempo! Ya estamos en un año nuevo. Y es que el año pasado, 2011, sin duda será recordado a nivel de fábrica como uno de los más movidos, y es que jamás en la historia de la compañía petrolífera un Convenio Colectivo se había alargado tanto, ¿por qué será?

Pero antes de nada quiero pedir disculpas en nombre de la redacción de La Antorcha debido a que el número de Octubre tristemente no pudo ser publicado. Los problemas fueron varios, pero sin duda el más importante fue el hecho de que cada semana hubo negociaciones del IX CC y tuvimos que modificar el borrador tantas veces que se nos pasó el término de entrega. Por lo tanto y como responsable de la revista, pido perdón a nuestros lectores.

Cambiando de tercios, el tema al cual me gustaría hacer reflexión, en este número, es la falta de conciencia y de tradición de lucha por parte de todos nosotros, algo que sin duda, debemos a tantos años de desmovilización programada de la clase trabajadora. Por suerte, las negociaciones del IX Convenio Colectivo han estado a la par del día, y hemos podido observar lo que cada uno ha dicho en cada momento, sin duda un lujo comparado con otras negociaciones en las cuales sólo te enterabas de lo ocurrido cuando llegaba un preacuerdo.

Los tiempos cambian, y aquí en fábrica también, muchos sindicatos han ido haciendo asambleas informativas y/o participativas. Algo bueno, en un principio, pero que parece que a la gente le interesa poco o nada. Las asistencias a las diferentes asambleas han sido muy dispares, para no hablar de las movilizaciones, que en este caso sólo realizó STR.

Como pone el título de esta editorial, Quien algo quiere, algo le cuesta, y si queramos un convenio más justo, equitativo, y beneficioso, pues algo hay que hacer, y qué menos que asistir a las Asambleas y a las movilizaciones. Es muy fácil decir que nos gusta la democracia y que las condiciones de los trabajadores son una basura, pero esas palabras (que al final se las lleva el viento) sin unas acciones no sirven para nada.

En definitiva, hay que tomar conciencia de que el poderoso nunca regala nada, como ningún otro, es por ello que debemos hacer presión para que nuestras reivindicaciones se conviertan en hechos.

Cicerón

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